El de Anna Seghers es quizás el primer nombre que me viene a la mente cuando pienso en escritores de la República Democrática Alemana, desconozco el impacto que tiene su obra en la Alemania unificada cuarenta años después de su fallecimiento o si todavía se siguen publicando sus obras o si tan siquiera se la recuerda. El devenir de la literatura, el inmisericorde paso del tiempo y los nuevos gustos entierran y rescatan nombres de forma caprichosa. En España creo que se la recuerda poco, pero últimamente se está rescatando poco a poco parte de la obra de Seghers, lo cual siempre es una buena noticia.
Anna Seghers, cuyo nombre real era Annette Radványi, fue una escritora alemana nacida en el año 1900. En 1928 se afilió al Partido Comunista Alemán y durante los años del nazismo se opuso al nuevo régimen pero tuvo que exiliarse, primero en París, cuando los alemanes tomaron París huyó a Marsella y finalmente a Ciudad de México. Unos años después del final de la II Guerra Mundial regresó a Berlín e ingresó en el Partido Socialista Unificado de Alemania. Entre los años 1952 y 1978 fue la Presidente de la Unión de Escritores de la República Democrática Alemana (Schriftstellerverband der DDR). La primera etapa de su obra se adscribe a l Nueva Objetividad, los años oscuros del nazismo al Exilliteratur (entre las que se encuentran sus grandes obras como La séptima cruz o Tránsito) y la etapa final al Realismo Socialista, ya en la RDA.
Este volumen recopila tres relatos escritos por Seghers durante su exilio en México. Exilio que marcará profundamente, junto a las represiones nacionalsocialistas y la II Guerra Mundial, el tono elegíaco de estos relatos
–La excursión de las muchachas muertas: en este primer relato que da título a este volumen una mujer alemana que está exiliada en México durante la Segunda Guerra Mundial recuerda una excursión que hizo con sus compañeras de clase y sus profesoras. Recuerda los amoríos con los chicos, algunos morirían durante la Primera Guerra Mundial, como cambiará la relación entre ellas antes y durante la llegada de Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán al poder.
–Cartas a la tierra prometida: una familia judía de peleteros huye del Imperio ruso tras un pogromo en la que los cosacos asesinan a casi todos los miembros de esta familia. Tras este trágico suceso se exilian primero en Viena y más adelante en París, donde el hijo de la familia se convierte en un reputado oftalmólogo y su padre decide emigrar a Palestina y vivir, ya anciano, los últimos años de su vida en Tierra Santa. Padre e hijo mantienen una relación epistolar, pero cuando el hijo sufre una enfermedad terminal decide escribir cartas para que se sigan enviando tras su muerte y así su anciano progenitor no descubra que su hijo ha fallecido…
–El fin:
Los tres relatos aquí reunidos tienen como denominador común el exilio, la persecución y el nazismo. Son historias que se enmarcan en el llamado exilliteratur y es evidente que sobre ellas planea el desarraigo y el espíritu sombrío de aquellos días en que Hitler y el Partido Nazi sacudieron Europa y el mundo. Pero es La excursión de las muchachas muertas el relato más importante, narrado en primera persona por una mujer llamada Netty que durante su exilio mexicano entra en una suerte de ensoñación que le hace revivir una excursión que hizo cuando era una estudiante y la vida social alemana durante durante el primer tercio del siglo XX. Una narración entre brumas en la que Seghers de una manera muy sencilla utiliza la analepsis y unos cambios de tiempo y lugar dentro de una estructura simple y onírica, donde se manifiesta de una forma melancólica el dolor por el destino de sus amigas, de sus profesoras y de su país. Un doloroso y nostálgico anhelo de la escritora por regresar a casa desde sus recuerdos en el que encontramos cuatro niveles espaciotemporales: los recuerdos adolescentes anteriores a la I Guerra Mundial, los recuerdos de la Gran Guerra, los recuerdos del advenimiento del nazismo y la II Guerra Mundial —estos tres primeros localizados en Alemania—, y finalmente, el presente desde el exilio en México en 1944. El monólogo interior se Anna Seghers se pulula de forma regular entre dos líneas temporales antagónicas, la anterior a la I Guerra Mundial y la etapa de la II Guerra Mundial, en las que contrasta por un lado la felicidad, los flirteos, la jovialidad y la ingenuidad de las muchachas que están disfrutando de la excursión, mientras por el otro el dolor, la miseria del nazismo y el fatal destino de las amigas de Annette.
La belleza poética de La excursión de las muchachas muertas, junto a la sencillez de su estructura y la imaginería que utiliza Seghers, consigue atrapar al lector con su narrativa lírica y elegíaca y lo hace partícipe de su dolor y sus recuerdos. Un relato intenso, hermoso y melancólico en el que se hilvanan y entrecruzan las distintas historias de las muchachas, pues ésta es una historia de mujeres, pero también una denuncia de los horrores del nazismo y de las secuelas las guerras mundiales en el pueblo alemán. Los otros dos relatos que completan este volumen no llegan a las cotas de grandeza literaria del relato homónimo, y es que aunque funcionan muy bien para completar temáticamente la colección no son tan sorprendentes ni en el contenido ni en la forma. Dicho esto son unos relatos intensos, en los que también se denuncian explícita o implícitamente los horrores del nazismo, por lo que es una forma bastante asequible de conocer la obra del exilio de Anna Seghers.
Ficha técnica:
Título original: Ders ausflug der toten mädchen.
Autora: Anna Seghers.
Traducción: María Alonso.
Número de páginas: 160.
Editorial: Bruguera.
Año: 2007.