Tras el éxito de La pesca de la trucha en América Richard Brautigan se convirtió en uno de los iconos de la Contracultura estadounidense. Noo consiguió nunca superar ni repetir el éxito de aquella novela y sus obras poco a poco dejaron paulatinamente de tener el respaldo de la crítica y los lectores; Brautigan —como tantos otros— no digirió muy bien el éxito y aún peor el declinar de su estrella, por lo que terminó suicidándose. No obstante, lejos de ser autor de una sola obra, siguió publicando obras sugerentes e interesantes como El monstruo de Harkline. Un western gótico.
Es el año 1902, Greer y Cameron son dos pistoleros que han sido contratado para asesinar a un hombre en Hawaii pero el asesinato no se consuma porque el objetivo estaba con su hijo y esto les crea un problema moral a ambos a la hora de liquidarlo. Tras una breve estancia en San Francisco, un chino les paga 200 dólares por asesinar a otro hombre —al cual matan sin dudarlo un segundo— , regresan a Portland donde pasan un par de días en un burdel y es allí donde Niña Mágica —una chica con apariencia de nativa americana— los contrata de parte de la señorita Hawkline para que maten a un monstruo que habita en su mansión. Por el camino Greer y Cameron hacen el amor con Niña Mágica y se cruzan con otros personajes extravagantes.
Una vez llegados a su destino descubren que la mansión de la señorita Hawkline está completamente rodeada por unas placas de hielo a pesar de que es un día caluroso y que la señorita Hawkline y Niña Mágica son hermanas gemelas. El monstruo que vive en su sótano es acompañado por una sombra —que como la de Peter Pan tiene vida y conciencia propia— y las hermanas Hawkline sospechan que el monstruo es el culpable de la desaparición de su padre, un científico que estaba trabajando con unas extrañas Sustancias cuando desapareció. El monstruo, que es un ser travieso, produce efectos extraños en los habitantes de la casa, como hacer que los personajes pierdan el hilo de lo que están discutiendo y terminen teniendo conversaciones absurdas o reducir el tamaño del cadáver del mayordomo que termina siendo enterrado en una maleta.

Al igual que en otras obras de este Richard Brautigan El monstruo de Hawkline. Un western gótico está compuesto por tres partes de diferente extensión — el libro segundo únicamente tiene cinco capítulos y apenas ocho páginas— con capítulos muy breves pero lleno de humor negro y personajes estrafalarios que supuran una ingenuidad casi infantil que hace que se les coja un cariño casi de inmediato —desde un pistolero con la extraña manía de contar todo (como las veces que ha vomitado o cuántas náuseas ha tenido), a un mayordomo gigante, hasta una sombra con remordimientos— y que darán pie situaciones disparatadas que provocarán en el lector una mueca divertida en el rostro durante toda la lectura.
El monstruo de Hawkline. Un western gótico es una lectura divertida, aunque a veces el humor casi infantil del que hace gala hace que parezca que Brautigan le está tomando el pelo al lector, y seguramente sea parte de la gracia de la novela. Quien se espere un weird western en sentido estricto seguramente se lleve un chasco, ya que en esta obra Brautigan parodia el género mezclando western y novela gótica con el realismo mágico y aderezando el relato con muchas dosis de comedia y erotismo. El resultado es una novela menos ácida y simple que La pesca de la trucha en América más parecida a un episodio de Scooby Doo escrito por un Mark Twain lisérgico y con una trama y estructura primitivamente sencillas y exentas de artificios o giros de guion enrevesados que seguramente harían naufragar la novela. Y es que algunos de los aciertos de la obra son esa aura de ingenuidad y humor absurdo que Brautigan impregna a todo el relato y que desarma al lector que acepta sin cuestionarse ninguno de los acontecimientos disparatados que acontecen; además del juego de clichés —desde el científico chiflado, el tétrico caserón o esos pistoleros que disparan sin pestañear— con los que el autor pretende parodiar los géneros del western y la novela gótica o algunos elementos que el autor parece tomar prestado de los yokai japoneses.
Han sido varios los directores de cine que han intentado llevar a la gran pantalla esta novela, como Hal Hasby o Tim Burton que intentó adaptar esta novela con Jack Nicholson y Clint Eastwood como los pistoleros Greer y Cameron y que lamentablemente el proyecto no salió adelante tras abandonarlo Eastwood. Más recientemente se ha especulado con que el director griego Yorgos Lanthimos estaría preparando una adaptación de El monstruo de Hawkline. Una novela gótica pero a día de hoy poco o nada se sabe de ello, por lo que parece que todavía tendremos que esperar para ver la obra de Brautigan a veinticuatro fotogramas por segundo.
Ficha técnica:
Título original: The Monster of Hawkline. A gothic western.
Autor: Richar Brautigan.
Traducción: Damià Alou.
Editorial: Blackie Books.
Año: 2014.